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Los cantos de Maldoror

http://les-chants-de-maldoror.blogspot.com/2010/09/el-hermano-de-la-sanguijuela-caminaba.html

Ni yo ni las cuatro aletas natatorias del oso marino del océano Boreal hemos podido resolver el problema de la vida. Ten cuidado: la noche se acerca y estás ahí desde la mañana. ¿Qué dirá tu familia, con tu pequeña hermanita, al verte llegar tan tarde? Lávate las manos, y reemprende el camino que lleva a donde duermes. ¿Quién es ese ser, allí, en el horizonte, que osa aproximarse a mí, sin miedo, a saltos oblicuos y accidentados? 161;Qué majestad, mezclada de una dulzura tan serena! 161;Eres tú, sapo!

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Los cantos de Maldoror

http://les-chants-de-maldoror.blogspot.com/2010/09/tomo-la-pluma-que-construira-el-segundo.html

Tomo la pluma que construirá el segundo canto, instrumento arrancado de las alas de algún pigargo rojo. Pero. ¿qué les pasa a mis dedos? Las articulaciones quedan paralizadas en cuanto comienzo mi trabajo. Sin embargo, necesito escribir. ¡Es imposible! Un rayo ha estallado, se ha abatido por mi ventana entreabierta y me ha derribado sobre el suelo, herido en la frente. ¡Pobre joven! Pero esta tormenta no me ha causado temor. ¡Qué me importaría una legión de tormentas! Esos agentes de la policía celestial...

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Los cantos de Maldoror

http://les-chants-de-maldoror.blogspot.com/2010/09/los-hay-quienes-escriben-para-obtener.html

191;o, acaso, porque uno sea cruel no puede tener genio? Estrofa traducida por E. Publicar un comentario en la entrada. Suscribirse a: Enviar comentarios (Atom). Isidore Lucien Ducasse, Conde de Lautréamont (1846-1870). I Quiera el cielo que el lector. II Lector, es tal vez el odio. III Estableceré en pocas líneas. IV Los hay quienes escriben. V He visto, durante toda mi vida. VI Hay que dejarse crecer las uñas. VII He hecho un pacto con la prostitución. VIII Al claro de la luna.

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Los cantos de Maldoror

http://les-chants-de-maldoror.blogspot.com/2010/09/donde-quedo-aquel-primer-canto-de.html

191;Dónde quedó aquel primer canto de Maldoror desde que su boca, llena de hojas de belladona, lo dejó escapar, a través de los reinos de la cólera, en un momento de reflexión? 191;Dónde quedó aquel canto? Estrofa traducida por E. Publicar un comentario en la entrada. Suscribirse a: Enviar comentarios (Atom). Isidore Lucien Ducasse, Conde de Lautréamont (1846-1870). I Quiera el cielo que el lector. II Lector, es tal vez el odio. III Estableceré en pocas líneas. IV Los hay quienes escriben.

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Los cantos de Maldoror

http://les-chants-de-maldoror.blogspot.com/2010/09/no-me-veran-cuando-llegue-mi-ultima.html

No me verán, cuando llegue mi última hora (y escribo esto en mi lecho de muerte), rodeado de curas. Quiero morir acunado por las olas del mar tempestuoso, o de pie sobre la montaña, mirando hacia lo alto; pero no: sé que mi aniquilamiento será completo. Además, no puedo esperar gracia alguna. ¿Quién abre la puerta de mi cámara funeraria? 191;o es, ya bien, porque me veis recorrer, novedoso fenómeno, como un terrible cometa, el espacio ensangrentado? 161;qué voces desgarradas! Estrofa traducida por E.

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http://les-chants-de-maldoror.blogspot.com/2010/09/me-propongo-sin-estar-conmovido.html

No ha pasado mucho tiempo desde que volví a ver el mar y a hollar el puente de los navíos, y mis recuerdos son vívidos como si dataran de ayer. Permaneced no obstante, si es que podéis, tan calmos como yo durante esta lectura que ya me arrepiento de ofreceros, y no os ruboricéis al pensar en lo que el corazón humano es. ¡Oh, pulpo de mirada de seda! 161;Yo te saludo, viejo océano! Un ejemplo incontestable para cerrar la serie: el hombre dice hipócritamente "sí" y piensa "no". Es por eso que los jabat...

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Los cantos de Maldoror

http://les-chants-de-maldoror.blogspot.com/2010/09/una-familia-rodea-una-lampara-colocada.html

Una familia rodea una lámpara colocada sobre una mesa:. 8211;Hijo mío, alcánzame las tijeras que se hallan sobre aquella silla. 8211;No están, madre. 8211;Ve a buscarlas, entonces, a la otra habitación. ¿Recuerdas aquella época, mi dulce dueño, en que hacíamos votos para tener un niño en el que pudiésemos nacer una segunda vez y que fuese el sostén de nuestra vejez? 8211;Y las viriles cualidades de su padre. 8211;Aquí están las tijeras, madre; por fin las he encontrado. 161;Se ha retirado! Te mojaré la f...

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Los cantos de Maldoror

http://les-chants-de-maldoror.blogspot.com/2010/09/lector-es-tal-vez-el-odio-lo-que-tu.html

Estrofa traducida por E. Publicar un comentario en la entrada. Suscribirse a: Enviar comentarios (Atom). Isidore Lucien Ducasse, Conde de Lautréamont (1846-1870). I Quiera el cielo que el lector. II Lector, es tal vez el odio. III Estableceré en pocas líneas. IV Los hay quienes escriben. V He visto, durante toda mi vida. VI Hay que dejarse crecer las uñas. VII He hecho un pacto con la prostitución. VIII Al claro de la luna. IX Viejo océano, de olas de cristal. X No me verán, cuando llegue mi última hora.

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http://les-chants-de-maldoror.blogspot.com/2011/07/que-bueno-es-ese-nino-que-esta-sentado.html

161;Qué bueno es ese niño que está sentado en un banco del jardín de las Tullerías! Sus audaces ojos se clavan en algún objeto invisible, a lo lejos, en el espacio. No debe de tener más de ocho años, y sin embargo no se divierte como sería conveniente. Al menos tendría que reír y pasear con algún amigo, en lugar de permanecer solo, pero no es ése su carácter. 161;Qué bueno es ese niño que está sentado en un banco del jardín de las Tullerías! 8211;¿En qué piensas, niño? 8211;Pensaba en el cielo. Lo mismo ...

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Los cantos de Maldoror

http://les-chants-de-maldoror.blogspot.com/2011/01/dando-mi-paseo-cotidiano-cada-dia.html

Suponiendo esto, ¡malditos sean los recodos de aquella oscura calle! 161;Horrible, horrible lo que en ella sucede! Creo que su madre la golpeó porque no realizaba su oficio con suficiente destreza. Es posible que fuera sólo una niña, y, entonces, la madre es más culpable todavía. No quiero creer en esta suposición, que no es más que una hipótesis, y prefiero amar, en aquel carácter novelesco, a un alma que se desvela precozmente. ¡Ah! 161;No, no! 161;Lo decidí el día de mi nacimiento! XI Una familia rode...